LA HORA DEL AD10S

La pelota no se mancha, pero hoy tiene un crespón de luto.

Se ha ido el Diego, el genio, ese superhéroe de zurda inmortal que vino del olimpo del futbol para esparcir su magia y llenar de alegría al planeta. El “Pelusa “de la melena rebelde como su carácter, el prodigio del potrero que pudo tocar el cielo con sus manos. Se ha ido el “Pibe de Oro” aquel chiquilín que se hizo hombre dribleando sus carencias y encumbrando sus afectos. El Diego eterno que pudo juntar en un puño todas las pasiones que el mundo siente por el futbol. El Diego del pueblo que veneraba a sus viejos, sus amigos, su villa y su potrero, el Diego de la gente.

Pero se ha ido también el Maradona hecho mito, el fenómeno que representó los genes de millones de argentinos, el Tótem de un pueblo futbolero y el escudo de su propia bandera. El Diego Maradona de varias vidas que era un titan en la cancha y contagiaba de su valentía, el capitán de barcos a la deriva, pero que peleaba contra sus propios fantasmas, el de posturas torcidas, que era amado y vilipendiado, el de grandeza futbolística y de irreverencia consumada. Ese Maradona contestatario que tuvo que sortear rivales en la cancha como en la vida misma, aquel que hizo de su pensamiento una arenga perpetua.

Al futbol le pinta la tristeza y su sollozo tiene un manto de melancolía. Se hace gloriosa la leyenda de la “Mano de Dios” y la cabalgata épica para desparramar tanto inglés y hacer que el mundo futbolero cuelgue en un hilo en aquel memorable gol del siglo. En el aire flotan los recuerdos tristes de la pobreza extrema de Villa Fiorito y los deseos cumplidos de “cebollita” para debutar en primera y ganar el mundial. El balón cierra sus ojos y una lágrima traviesa que discurre por su esférico semblante cae al césped de ese estadio que explotaba cuando aparecía en el túnel y que hoy luce desamparado, frio y en un silencio sepulcral.

Era la hora del AD10S Diego, gambeteaste a la muerte y la sometiste a tu voluntad, la humillaste con un caño monumental y alguna pirueta bestial que te hizo sentir omnipotente. Pero este día tenía que llegar, el tiempo y los errores fueron ese rival al que no pudiste eludir y las vivencias anodinas te pasaron la factura. La muerte te encontró en soledad y tan lejos de tu sangre y hasta de aquellos que buscaron vivir a tus costillas y te hicieron creer que eras el Dios midas que debía solventar sus más oscuras miserias. Jamás entendieron que eras tan mortal como cualquier ser humano, pues la vida misma se encargó de hacerte tan grande en la cancha como débil en la razón.

Se ha ido nuestro héroe, se nos ha desaparecido la sonrisa y hay luto en el corazón de nuestro mundo en forma de balón. Se ha ido el motivo por el cual nos hicimos esclavos de la pasión por el futbol. Se ha ido el ídolo incomparable quien nos hizo brotar lágrimas de alegría más de una vez sin entender demasiada felicidad. Aunque la bravuconada y tu desdén por tu propia vida no podrán borrar jamás tu grandeza futbolística, no somos nadie para criticar vidas ajenas, sin antes mirar las nuestras. Lo demás solo es lo demás.

Era la hora del AD10S Diego, la angustia de tus últimos días solo reflejaban que necesitabas encontrar la paz en tu alma y en tu corazón.

AD10S barrilete cósmico, nunca supimos de que planeta viniste, solo que te hiciste mortal para darle alegría a la gente, nos dejaste un legado de futbol en la mente y jamás sabremos a que planeta te fuiste.

COMO NO TE VOY A QUERER


“Como no te voy a querer… Si eres mi país querido, el país bendito que me vio nacer”. Suena el cántico en las gradas con los peruanos que no quieren abandonar el mítico Maracaná y siguen saltando y gritando desaforados. Sus voces lejos de quebrarse por el lamento, se hacen más fuertes y se confunden con sus lágrimas, pero de orgullo, por su selección, por sus jugadores que ven desplomar sus últimas fuerzas en el verde y también por las de todo un país, que unido en una sola fuerza ha vivido esta final histórica de Copa América abrazados a una misma ilusión. La realidad le ha golpeado el pecho con desaire y desahoga su tristeza desgañitando su garganta y su voz pareciera ser más fuerte que los bramidos cariocas que vitorean a sus indiscutidos campeones en este templo del fútbol mundial.

Nada que reprocharte PERÚ. Aunque muchos hayan perdido la esperanza y te ningunearon por no saber entender la fatalidad y lo que significa un accidente en el fútbol. Pero al final comprendimos todos los peruanos el significado de la fuerza de voluntad para romper paradigmas, superar nuestras limitaciones y enfrentar al destino con actitud positiva, ser capaces de convertir un problema en una oportunidad. Pudiste hacer consciente lo inconsciente y fuerte de la cabeza para levantarte desde la adversidad.

Nos llevaste por los caminos de la perplejidad, la encrucijada y el júbilo extremo. De un comienzo impreciso y sinuoso quedaste al filo de la expiración. Te adormeciste en un letargo pero despertaste recuperando la memoria y nos regalaste ramilletes de flores de colores. Uruguay -amigo generoso- y su poderío fue un escollo que superaste con esfuerzo supremo y Chile, el rival eterno, el del clásico de nunca perder, fue la demostración magistral de nuestra identidad, nuestro ADN y la forma más hermosa de gozar un triunfo categórico que tuvo ribetes de epopeya futbolística.

Enfrentaste a un Brasil distinto a su tradición, mucho más pragmático y menos hechicero, ordenado y eficaz, a quien Tite le agregó una dosis extrema de AGRESIVIDAD. Gareca fiel a su convicción, hizo el mismo planteamiento de la debacle. Decidiste enfrentarlo más que reverenciarlo. Duelos personales patrones a definir. Fuiste valiente para disputar las condiciones y llevar el juego al límite. Pero si algo positivo tiene este Brasil son sus variantes de juego. Cambia de lado con propiedad y presiona sobre el trivote rival. Se recoge rápido y siempre se ve bien cubierto. Te destruye por las bandas. Lo controlaste hasta el sablazo inicial que emparejó un penal narcótico y duró como un soplo, hasta la cuchillada destructiva. Lo combatiste con sudor y lágrimas. Lo pujaste y lo tuviste a merced, pero la sapiencia de Tité reordenó todo y la estocada final llegó cuando tus fuerzas daban su último aliento. Allí quedaron regadas nuestras esperanzas, pero muy arriba del cielo quedó retratada tu dignidad.

Miraste a los ojos al gigante sin complejos. Es verdad que impusieron su jerarquía y superioridad en los momentos claves, pero nunca renunciaste a pelear. Esta historia no acaba con este final. Lo más importante es que se ha recuperado la CONFIANZA de hinchas y jugadores. La imagen del pasillo del campeón Brasil a nuestra selección es un RECONOCIMIENTO ante los ojos del mundo. No perder este protagonismo requiere seguir siendo COMPETITIVOS. El fútbol es el gran juego de las emociones, que sobrevienen en acciones y decisiones que derivaran en resultados y por ende sus consecuencias. En ello es factor importante seguir afianzado el COMPROMISO.

Pero cuanta ilusión generaste en todos nosotros PERÚ, y cuán grandioso te miramos, que nos cuesta conformarnos con este segundo lugar. Una señal de inconformidad que cuestiona entender la importancia de este subcampeonato, porque volamos imaginariamente demasiado lejos y aún tenemos nublada la reflexión. Solo nos queda dar las GRACIAS por todos estos momentos vividos y que nos han reconciliado como país y nos ha vuelto a unir en un gran abrazo de gol.

Como no te voy a querer, mi PERÚ querido, si eres el país bendito que me vio nacer.




Una gran VARbaridad


Las cosas que tiene el fútbol. El partido por el tercer puesto de la Copa América, que normalmente nadie le encuentra sentido, que se olvida antes de jugarlo y que en la previa había tenido voces desatentas y una confirmación a una actitud de inapetencia, fue cobrando bríos y asumiendo una actitud beligerante. En el fondo las declaraciones de Vidal, indicando que sería un partido “sin ninguna  importancia” solo era una asolapada forma de esconder sus propios caracteres que están fundidos a su innata pedantería. En el fondo hay una visible animadversión reforzada con las últimas definiciones de Copa América que le dieron títulos a la roja y dejó con demasiado encono en los del Río de la Plata. Un partido de mero trámite que tuvo ribetes de escándalo con la ilógica expulsión de Messi y Medel en un acto desatinado de absurda bravuconada.

Argentina Y Chile salieron con la sangre en el ojo. La albiceleste había quedado fuera de la final en un partido cuestionado ante el anfitrión Brasil y por su parte Chile fue vapuleado por un Perú sorprendente. La rivalidad desnaturalizada se llevó a la cancha y empezó con roces, faltas y empujones fuera de lugar. Poco juego y mucha fricción. Mejor Argentina en una versión moderna  con Paredes de amo y dueño, Dybala y Agüero en sintonía con un Messi más participativo. Chile desacomodado sin esa agresividad conocida, con problemas para ganar la segunda jugada. Messi se aviva en el cobro de una falta que no fue y cede al Kun -el del City- quien se saca al arquero y define con categoría. Después Lo Celso filtra para Dybala y hace la de crack. Excelente control orientado y cuando le quedaba larga, la puntea deliciosamente ante la salida de Arias. Un 2-0 que en 21 minutos era la misma historia de Chile ante Perú que lo hizo perturbar los nervios y encender la "mechita peligrosa".

Era el partido para que Messi  redondee esta etapa de regeneración argentina. Pero le tocó vivir ese instante desafortunado cuando el control de las emociones se va al carajo y las buenas intenciones por el inodoro. Leo no acostumbrado a las trifulcas, -cosa contraria a Medel conocido por su bravuconada y juego al límite- quiso cobrarse una entrada del chileno apenas iniciado el partido. La imagen es de trifulca de colegio. Medel pechando a Messi que sostiene a pie firme, los dos cara a cara y después viene lo inverosímil. El árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar, visiblemente descollado por la circunstancia, decide expulsar a los dos. Difícil de entender la injusta tarjeta roja para Messi. Una amonestación para los dos hubiera evitado tanta controversia. Se empezaba a terminar el partido que ya estaba demasiado caliente y desequilibrado.

A Messi lo tildaban de falta de liderazgo y lo comparaban odiosamente, ahora que asume compromiso, pone el pecho por todos y aunque un poco desenfocado en tono maradoniano, dispara munición gruesa contra la ineptitud de CONMEBOL para reclamar un despojo ante el anfitrión, no acude a recibir la medalla de la vergüenza y le empiezan a caer acusaciones de irresponsabilidad, aparte que a futuro se tendrá que bancar las consecuencias de sus palabras. La aplicación del VAR ha quedado duramente cuestionada. Al ser una herramienta tecnológica para ayudar a los árbitros en sus decisiones, su no utilización genera suspicacias y presunciones válidas si finalmente resulta ineficaz o está amañado con lo deshonesto.

Para Chile este presente le dejó la disyuntiva de evaluar a su “generación dorada” y valoración en su nueva línea de tiempo. Argentina parece haber encontrado la nueva generación desde donde debe iniciar su urgente resurgimiento. Igualmente ha quedado más claro el liderazgo de Messi, siendo más terrenal y argentino que nunca. De este partido lo que más se va a recordar será al árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar y su afán de figuración que le enmarañó el criterio haciendo notorio un partido intrascendente. Finalmente su yerro arbitral se convirtió en una gran  VARbaridad.





PERÚ ALEGRE Y FINALISTA

PORTO ALEGRE ciudad de la alegría peruana, la que hoy se discurre por todo el cuerpo y se destila como nuestro pisco por cada rincón del país. El regocijo de cada corazón peruano que late más acelerado que nunca. El júbilo que estalla como fuegos artificiales y dibuja en el firmamento todas las emociones encendidas. Perú después de 44 años es finalista de una Copa América y como la clasificación al mundial, sentimos hoy que la espera vale la pena porque se disfruta con algarabía contenida. La resaca del triunfazo nos va a durar varios días, quizás toda una vida, porque noches como esta nos dejan con los ánimos inflamados y nuestros sueños en forma de balón tienden a ser más placenteros y celestiales.

Ganarle a Chile tiene un sabor distinto, por todo lo que encierra como clásico y rivalidad que suele traspasar las fronteras del tiempo y del fútbol mismo. Hacerlo de la forma tan contundente y en la instancia que se ha brindado adquiere un valor histórico. Un 3-0 lapidario, en un partido de un Perú dinámico con mucha personalidad, inteligente y solidario, superándose a sí mismo en una actuación redonda e inolvidable. 

Para doblegar a Chile era necesario neutralizar el origen de su juego, cortar muy arriba y desconectar a Vidal, Aranguiz y Pulgar, aislando el vínculo con Alexis y Vargas. Tarea demandante de mucho sacrificio y desgaste físico. Gareca plantea el 4-2-3-1 con variantes de 4-4-2 recogiéndose para presionar en cada sector, ocupar los espacios con relevos oportunos y ser vertical con disposición estratégica para llevar a Chile al desconcierto, convertirlo en la antítesis del equipo compacto y que caiga en un cúmulo de inseguridades. Chile fue asfixiante al inicio de los dos tiempos, pero se pegó un portazo con la eficacia peruana. Siempre que quiso generar, sus intenciones se cayeron como castillo de naipes.

Una noche soñada que empezó bien y se fue haciendo portentosa. Yotun nuevamente siendo el protagonista del juego junto a un Tapia gigante que terminó devorándose hasta el pensamiento de sus rivales. Zambrano en toda la dimensión de un Kayser, firme con carácter y autoridad y un silencioso pero efectivo Abram que es su mejor complemento. Sociedad en las bandas de Advíncula y Trauco con un Carrillo muy voluntarioso y Flores mordaz y efectivo. Cueva sin llegar a ese nivel de desequilibrio, sumado a la tarea del voluntariado y arriba un Paolo Guerrero en toda la plenitud de capitán de barco. Con toda la madurez que le brindan los años y la sapiencia de su kilometraje futbolístico. En subrayado y negrita está Gallese invulnerable, reivindicado y haciendo que cada atajada fuera como un gol celebrado. Mientras Perú fue una fuerza asociada, Chile apeló al brillo de alguna estrella solitaria. 

El primer grito nace de un centro que Carrillo no alcanza a cabecear y se la encuentra el “Orejas” Flores que mete la estocada para abrir el partido. La insistencia chilena genera espacios y de contra Zambrano lanza largo para Carrillo que saca al arquero. El centro de la “culebra” cae en el pecho de Yotun y con precisión de cirujano hace el segundo. En media hora pintaba para debacle chilena y gloria peruana. El mismo “Yoshi” se devora el tercero que hubiera sido lapidario. Pero estaba escrito que Paolo debía escribir su nombre. Tapia redondea la faena y pone una delicia. El “Depredador” se saca el overol y se pone el smoking, con autoridad elimina al arquero para definir al estilo callejero. Un CRACK de élite. En el epilogo Gallese ataja el penal a Vargas en un mensaje subliminal de que no hay nada que cambie cuando la luna decide alumbrar para un solo lado.

El futbol es cambiante como las personas y la vida misma. Perú enderezó el barco que andaba vacilante en su ruta mientras Chile que asomaba como sólido, vio pulverizada sus intenciones. En esta victoria, el factor mental fue muy importante, no se trata de incluir ningún chip de actitud y tampoco alguna sesión matinal de charla motivacional. El factor psicológico ya tiene base cierta desde antes del Mundial, hoy se trabaja en recuperar la capacidad individual, haciendo consciente aquello que el subconsciente genera como un factor limitante. Superarse a sí mismo anexiona el aporte al colectivo y fortifica el compromiso.

El solo hecho de pensar que Perú estará en el mítico Maracaná ante Brasil en la final de la Copa América, estremece las emociones. Una revancha después del papelón solo deja la alternativa de revertir el pasado haciendo un partido inteligente, de seguro con el doble del esfuerzo desplegado pero confiados en haber recuperado la memoria. Dejar los miedos afuera, seguir fortaleciendo la confianza y asumir que para que pueda surgir lo posible, debe intentarse muchas veces aquello que nos parece imposible. Pase lo que pase tenemos contento el corazón y sublime la confianza. Hoy somos un Perú alegre y finalista.

VAMOS PERU!!



UM BELO HORIZONTE

Los clásicos no se juegan, se ganan. Brasil y Argentina en una final adelantada. El Maracaná se vestirá de fiesta este domingo, pero solo repartió dos tarjetas de invitación, una ya la tiene Brasil en su bolsillo. Argentina en su mejor partido de la Copa América, hizo lo correctamente posible pero no le alcanzó para doblegar a un equipo carioca superado por momentos, pero que puso la eficacia como estandarte. Gabriel Jesús en su mejor momento fue vital para su equipo y disputará la final mientras Messi, una vez más se fue con las manos en el rostro, secándose las lágrimas de impotencia, como no queriendo mirar de frente a este eclipse total del corazón argentino.


Duelo de potencias mundiales. Brasil intentando manejar el partido con determinación, orden y equilibrio entre sus líneas, imponiendo la fricción y presión alta en la salida rival para la recuperación inmediata del balón. Casemiro encima de Messi y Arthur con Coutinho dando una mano conociendo a la perfección los movimientos de Leo. Argentina resuelta, intensa en la marca, pasándose de vueltas, ocupando espacios para evitar filtraciones. Scaloni referenció a Evertón y basculó la presión por los costados descuidando el medio. Plantea bien el inicio, pero después Brasil abre la cancha y lo fue llevando a la confusión sin saber dónde cubrir. Soportaba bien los sacudones, pero la “canarinha” con espacios es tremendamente letal.

La diferencia en el marcador se da por la virtud eficaz de Firmino como primer referente de marca de la salida rival y de Gabriel Jesús, transformado por Guardiola en un jugador más completo y no solo un 9 de área. Además de ello la jerarquía de Dani Alves que a los 36 años demuestra velocidad de pensamiento, sabiduría y habilidad innata. Como el vino añejo, más agradable de sabor, más embriagador. El primero, Dani exquisito desparramando rivales habilitando a Firmino y Gabriel Jesús letal. El segundo que liquida a una Argentina corajuda, un arranque de locomotora terrible que devuelve la gracia a Firmino que firma a placer. El futbol se justiprecia en el juego, pero se mide en goles, siempre que se habla de justicia se cae en crueldad con el equipo que hizo merecimientos, pero termina vapuleado por la virtud de la contundencia.

Mientras Brasil tiene la ventaja de validar 4 años forjando su nueva identidad y cuenta un saldo de números positivos, Argentina parece ser una eterna obra de arte, que se empieza a escribir todos los días con muchos borradores estrujados tirados al tacho de basura. Tuvo que batallar demasiado para equiparar las capacidades técnicas individuales de un Brasil más consolidado y que brinda opciones de riesgo por la versatilidad de sus hombres. Tité ya es un profesor forjado y Scaloni el alumno aplicado que desea sorprender al maestro.

El mejor partido de Argentina y el de Messi tantas veces reclamado. Apareció en los momentos cruciales con entrega y actitud. La gente lo quiere ver siempre desparramando rivales y haciendo goles increíbles, caso contrario sus detractores lo descalifican gratuitamente. Pocos entienden el tema táctico y estratégico de una selección que se encuentra en proceso de consolidación. En este torneo cuando no se ha podido, Leo ha priorizado ponerse el overol y ser uno mas para depender todos del equipo y no que el equipo dependa exclusivamente de él. 

No es argumento de justificación el triunfo del “Scratch” por la actuación del árbitro cuestionado por cobros en ambos lados. Pero dos jugadas de penal no se quisieron revisar. Arthur a Otamendi que incluso pudo ser expulsión del brasileño y Alves al Kun Agüero antes del segundo gol de Brasil. En otros partidos por menos, se hicieron consultas a la tecnología. Son detalles que cambian radicalmente la historia de un partido. La aplicación selectiva no es garantía de reducción de injusticias. En esta ocasión al parecer el VAR no fue utilizado, porque estuvo de permiso o salió de juerga y se perdió en un BAR.

Esta selección argentina en la derrota ha encontrado algunas respuestas que de pronto pudieron maquillarse en el júbilo oportunista de los resultados embusteros. Brasil en cambio pudo vencer incluso a los temores mediáticos de la sombra por malos recuerdos de una cancha donde sufrió su peor pesadilla. 

Hoy Brasil ha despertado con el rostro pintado de color esperanza de ganar una Copa América, en su casa, con su gente y en camino a recuperar su hegemonía mundial. Hoy Brasil observa desde la ventana, esperando tranquilo a su rival de la gran final con la seguridad de ver um Belo Horizonte.



EL DÍA DE SAN PEDRO


Excitante, conmovedor y altamente electrizante. Los peruanos hemos vivido en una semana momentos extremadamente opuestos, pasando de la consternación a la algarabía en una cuestión de horas. Perú está en semifinales de la Copa América por la ronda trágica de los penales, una instancia en la cual se anidan nuestros más afligidos recuerdos y frente a un respetable Uruguay más hecho para estos avatares del fútbol. Fueron instantes supremos que nos hicieron sacudir el corazón y elevar nuestra adrenalina al tope cuando Gallese atajó el disparo de Suarez y cuando el “Oreja” Flores le pega al centro y el balón pasa a un centímetro del pie de Muslera desatando un desfogue de emociones. Otra vez los astros alineados y el abrazo del alma de un país reconciliado en el perdón y la indulgencia en el nombre del fútbol.

Después de la debacle del 5-0 el análisis realista lo define como un Brasil perfecto y Perú anómalo e insólito. Los expertos lo reducen como un accidente del fútbol y parte del juego, algo difícil de entender para el común denominador. En el Arena Fonte Nova de Salvador, Perú tenía un desafío para recuperar el amor propio y curar una herida, con la consabida razón que una derrota sería una motivación de demolición mediática  pero también convencido del ofrecimiento para que se haga victoria nuestra gratitud.

Uruguay un rival durísimo al que debía hacerse una contrapresión evitando las posesiones largas y los cambios de frente. Gareca propuso un esquema conservador con un 4-2-3-1 de resistencia donde Zambrano fue el baluarte y Paolo aguantando arriba. Carrillo y Flores de medios externos tomando la salida uruguaya y el arranque de Suarez y Cavani. Asumir los riesgos solo cuando se den las condiciones. Uruguay desde su 4-4-2 mostrando su dominio por la capacidad y categoría de sus hombres. Perú decidido al aguante y resistencia consumada pero con nobleza para no claudicar temprano.

Perú no llegó a inquietar con claridad. Más preocupado en defender para después existir. Uruguay lo tuvo a merced. Primero Suarez adelantado, luego Cavani que se la devora debajo del arco. El Pistolero anota y Sampaio lo anula por Nández detectado en leve ventaja. En el 2T fue lo increíble para Uruguay y oportunísimo para Perú. Otra vez Suarez y un gran gol de Cavani que fueron cobradas por el VAR en posiciones de adelanto detectado en milímetros por la tecnología. Un tema controversial con fallas aún, pero que finalmente cumple con el reparto escrupuloso de justicia. Esta vez nos tocó a nosotros y perjudicó a Uruguay. Sin el VAR otra historia estaríamos contando otro tipo de lágrimas podríamos estar secando.

Mantener el cero costó un Perú. Uruguay tiró toda la artillería al corazón del área donde Zambrano y Abram se batieron con pundonor. Este puede que sea el mejor partido de Trauco y Advíncula, se taparon bien los extremos y se pudo desbordar mejor por el lado izquierdo. Paolo siempre es una preocupación arriba. No se pudo jugar bien y sigue siendo materia pendiente. Cueva y Yotun siguen imprecisos siendo los llamados a ser los más claros. Seguimos siendo predecibles y cuesta hacernos verticales. Seguimos distantes del equipo que nos seducía hace un año.

Las imágenes del júbilo en el vestuario son conmovedoras y dejan escapar alguna lágrima traviesa. Los rostros de satisfacción quebrantan la imagen del llanto desconsolado de Suarez, el goleador de élite que erró en el lugar y momento menos adecuado. El pistolero gastó su bala de plata y asumió su culpa sumido en un desgarrador dolor que hizo conmover hasta los más duros de corazón.

Te negaron más de mil veces Pedro. Te escupieron y vapulearon los mal llamados hinchas que confunden los sentimientos despertados y el mecanismo de expresión para sacar la peor versión del ser humano. La pasión por el fútbol puede convertirse en obsesión y nublar el comportamiento racional. Algunos creen que la selección no es la representación deportiva de su país, sino que es parte de su inversión personal y asumen el derecho de criticar con mordacidad una derrota y a subirse al tren victorioso con total desparpajo. Pero el fútbol es tan generoso que siempre brinda una revancha y un desagravio para quien tuvo un error propio de ser humano, pero también una indulgencia para los recalcitrantes que lo miran con el hígado, viven exiliados de sentimiento y desviados del corazón. Era el día especial para el resarcimiento, era tu día, el día de San Pedro.






LA CORTE DEL REY ARTURO


Lo vuelve a hacer Chile, otra vez en la instancia antipática de los penales que muchas veces no representa lo que se muestra en el verde. La roja sigue su camino en busca del tricampeonato en la Copa América. El conjunto mapochino que salió algún escalón debajo de una contundente Colombia, hizo un partido tácticamente prodigioso. Tiene a la mayoría de la generación que forjó Sampaoli quien estableció un juego con mucha intensidad y de asociación extrema, que así como generaba 5 goles podía recibir 4 a cambio. Hoy Rueda le ha agregado una dosis de pausa a ese vértigo que asumía la roja y trabaja para manejar los tiempos, haciéndose un equipo calculador, estratégicamente correcto y colectivamente muy solidario.

Colombia llegaba como el mejor equipo de la fase de grupos, estadísticamente correcto, con su valla invicta y un juego asociado con automatismos que le permiten neutralizar y ser muy contundente arriba desde la creatividad de James y la explosión de Martínez y Zapata, que tranquilamente le otorgaban a Radamel Falcao el papel de suplente de lujo. Chile pasó la etapa sin ser contundente pero vislumbraba la seguridad de su propuesta ceñida al orden defensivo y la dinámica de su medio campo que para su orgullo propio, es uno de los mejores de esta Copa América. Aranguiz, Pulgar y Vidal superaron al tridente de Cuadrado, Barrios y Uribe, aislando a James por los extremos y un excelente trabajo de bloqueo de los laterales cafeteros.


Al margen del lienzo que posee en su cuerpo con sus innumerables tatuajes y su peculiar corte de cabello de guerrero mohicano, Arturo Vidal tiene una personalidad a prueba de balas. Tiene una relación de amor y odio con la gente. Pueden acusarlo de cualquier aspaviento y de su ególatra actitud para considerarse el mejor en su puesto, pero cuando se mete al verde, solo queda espacio para la admiración. Su falta de velocidad la suple con su perfecta ubicación para siempre estar en el lugar justo y la exquisitez técnica por su instinto natural para la recuperación y la descarga justa además del carácter y actitud para pisar el área rival. Es uno de los mejores asistidores del mundo y para Chile su mejor referente. Al “Rey” Arturo dámelo siempre.

En esta Copa América los ojos están puesto en Messi, James, Everton, Suarez o Cavani, pero si hay un jugador que lejos merece algún reconocimiento especial es Charles Aranguiz. Un técnico vestido de jugador, con una lectura especial del juego, un tiempista que sabe cuándo ser agresivo en la recuperación, cuando guardar la calma y en qué momento tomar los riesgos que exige una jugada. Siempre bien perfilado y anticipando el pensamiento ajeno, movimientos exactos para dirigir, distribuir que no se ruboriza si debe barrerse abajo para cortar una jugada. Jugador completo y parte de esa camada chilena que ya va llegando a la treintena de años, llenos de experiencia y calidad infinita.

Colombia que se mostró compacto y contundente, tuvo que claudicar resignado a los chispazos de James y someterse a un Chile que jugó mejor, triangulando con el balón al piso y los frecuentes cambios de frente. Un partido de alto voltaje digno de una Copa América por su intensidad. El VAR inesperado protagonista le quitó dos goles a la roja y el 0-0 llevó a las instancias que los chilenos conocen con gloria incluida.

Chile nuevamente el de tiro perfecto desde los 12 pasos. Colombia fue eficaz hasta el último penal en que Zapata deja su lugar a Tesillo. El disparo del zaguero del León mexicano se fue afuera. Alexis Sánchez con una gran sonrisa de confianza ejecutó con tranquilidad y compro el pase de la roja a semifinales. Esta vez el café colombiano no pudo saborearse con gusto, esta vez le tocó un Tesillo muy amargo y sucumbir ante la corte del Rey Arturo.